martes, 16 de abril de 2013

1984 ¿ficción o realidad?



En esta novela de ficción George Orwell describe un mundo totalmente controlado por las autoridades a través de la tecnología. Los ciudadanos tienen en sus casas una pantalla por las que ven y son vistos, cada movimiento y cada acción quedan registrados y estudiados, la libertad y el pasado desaparecieron hace años y sólo queda la fe ciega en “el partido”. Al leerlo uno se lleva las manos a la cabeza pensando en la locura que supondría llevar una vida como la de su protagonista Winston, pero si nos paramos a pensar… quizá no fuera muy desencaminado Orwell…
La sociedad que retrata está totalmente deshumanizada, no existen las relaciones sociales. Llega al extremo de que aspectos vitales para el hombre como son la comida, el amor o el sexo están prohibidos y penados. Los instintos primarios humanos están reprimidos. Los personajes del libro no se llaman por su nombre, ni siquiera utilizan palabras como amigo o vecino, se llaman entre ellos camarada, que es más impersonal. 

Pero ahora no se podía sentir amor puro o deseo puro. Ninguna emoción era pura porque todo estaba mezclado con el miedo y con el odio” (1980:61).
“Sin embargo hacía sólo dos generaciones, se dejaban gobernar por sentimientos privados que nadie ponía en duda. Lo que importaba eran las relaciones humanas, y un gesto completamente inútil, un abrazo, una lágrima, una palabra cariñosa dirigida a un moribundo, poseían un valor en sí. De pronto pensó Winston que los proles seguían con sus sentimientos y emociones. No eran leales a un partido, a un país o a un ideal, sino que se guardaban mutua lealtad”. (1980:83).

Recuerda a otras historias de ciencia ficción en las que el planeta Tierra ha evolucionado tanto que todo es radicalmente diferente a lo que se conocía. Pensemos en El planeta de los Simios, Matrix, o los Juegos del Hambre por poner algunos ejemplos. En estos mundos la Historia como la entendemos actualmente ha desaparecido. Y en este punto me acuerdo de las sociedades sin pasado que describe Castell. Y eso me hace pensar en el dominio que ejerce internet actualmente, en el mundo virtual que estamos creando en el que puedes tener varias identidades, a nadie le interesa tu pasado, tu vida o tu cultura, eres tan sólo un “avatar” con un “nick” y una clave de usuario, y a partir de ahí puedes hacer amigos, chatear, comprar, estudiar, trabajar... en definitiva puedes vivir en la red sin levantarte de tu sillón, bastante deshumanizado también, ¿no?

“La historia se ha parado en seco. No existe más que un interminable presente en el cual el Partido lleva siempre razón” (1980:75)

Otro punto muy interesante de la novela es la manipulación de la información que hace  “el partido” eliminando lo que no le conviene y publicando lo que sí le gusta. Se describe un mundo manipulado, y unos ciudadanos que reciben la información tergiversada. ¿Estamos cerca o lejos de esa realidad?  Basta con leer la misma noticia en dos periódicos diferentes o con escuchar el telediario de las diferentes cadenas para responder fácilmente a la pregunta. Y qué decir de la influencia de la publicidad, cuando sale un producto nuevo al mercado sus ventas no dependen de lo bueno o lo malo que sea o la calidad que tenga, si no de la campaña de publicidad que se le haga. Si los medios quieren que lo compremos acabaremos comprándolo, nos crean esa necesidad con un bombardeo del producto a todas horas hasta que te familiarizas con él, lo tienen tus amigos, tus vecinos, tus compañeros de trabajo y ya no concibes la vida si él, y vas y lo compras, pensando que ha sido una decisión totalmente libre...
Y por último me gustaría hacer referencia al término crimental, en el mundo de Winston y Julia pensar con libertad está castigado pero… ¿sólo en ese mundo ficticio? Lamentablemente no, vemos aquí la cruel sátira que hace Orwell de la II Guerra Mundial, la Guerra Fría, el comunismo soviético o la dictadura franquista, podríamos añadir a esta lista de situaciones temas que están a la orden del día como el racismo, la homosexualidad, los postulados de algunas religiones... No es tan lejano ni tan ficticio que la libertad sea un crimen.
La libertad está en ser dueños de la propia vida. Platón.
La libertad es incompatible con el amor. Un amante es siempre un esclavo.
La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír. George Orwell
No hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente. Virginia Woolf
La libertad no es la licencia para realizar cualquier cosa. Mahatma Gandhi

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